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La historia detrás de “Un juego de caballeros”: la serie que revela el nacimiento del fútbol moderno

En plena expansión de los contenidos en plataformas de streaming, Netflix ha vuelto a dar en el clavo con una de sus últimas producciones: Un juego de caballeros, una miniserie británica de seis episodios que se ha ganado rápidamente el reconocimiento de los espectadores. Su éxito no se debe únicamente a una ambientación cuidada o a la calidad de las interpretaciones, sino también al interés creciente por conocer los orígenes del fútbol tal como lo conocemos hoy.

La serie combina hechos reales con elementos de ficción, pero sus protagonistas existieron realmente. Fergus Suter y Arthur Kinnaird fueron dos figuras clave en la evolución del deporte rey en Inglaterra, y sus historias personales han sido llevadas a la pantalla con una mezcla de dramatismo, historia y rivalidad que ha captado la atención de los aficionados al fútbol y del público general.

Fergus Suter, el primer futbolista profesional

Fergus Suter nació en Glasgow el 21 de noviembre de 1857. Era albañil de profesión, pero pasaría a la historia por ser considerado el primer jugador profesional de fútbol. Comenzó su carrera en el equipo escocés Partick, pero pronto cruzó la frontera hacia Inglaterra, donde fue fichado por el Darwen. En la serie también aparece Jimmy Love, quien en realidad fue el primero en trasladarse a Inglaterra con fines futbolísticos.

El Darwen, un club compuesto principalmente por obreros, no pagaba a sus jugadores. Sin embargo, para atraer a Suter, se le ofreció un salario, lo que marcó un punto de inflexión en la historia del deporte. Esta decisión generó recelos entre sus compañeros de trabajo y de equipo, especialmente porque su talento futbolístico superaba con creces sus habilidades como albañil.

Su rendimiento en el campo no pasó desapercibido, y en 1870 fue fichado por el Blackburn Rovers, equipo en el que también recaló Jimmy Love. La serie se centra únicamente en el Blackburn Rovers, pero en esa época existían dos clubes distintos en la ciudad: el Rovers y el Blackburn Olympic. Esta omisión es una de las varias licencias que se toma la producción.

Rivalidad y gloria deportiva

El fichaje de Suter por el Blackburn encendió una intensa rivalidad con el Darwen, un conflicto que se refleja en la serie. Mientras Love tuvo un paso breve por el Blackburn antes de alistarse en el ejército británico y fallecer en Egipto, Suter continuó su trayectoria y dejó huella en la historia del fútbol inglés.

En 1882, llevó al Blackburn a su primera final de la FA Cup, aunque perdió frente a los Old Etonians. No obstante, su perseverancia se vería recompensada en los años siguientes, al conquistar el trofeo en tres ocasiones consecutivas: 1884, 1885 y 1886. La serie altera ligeramente esta cronología al mostrar a Suter ganando la copa en 1883, cuando en realidad ese año fue el Blackburn Olympic quien se alzó con la victoria.

Suter jugó un solo partido de liga con el Blackburn Rovers, en 1888 frente al West Bromwich Albion, y se retiró poco después. En 1900 confesó públicamente que había recibido 10 libras por partido, en una época en la que un obrero promedio ganaba apenas 2 libras.

Arthur Kinnaird, el noble del fútbol

La serie también pone el foco en Arthur Kinnaird, un aristócrata británico que jugó un papel crucial en la consolidación del fútbol. Aunque en la ficción se destaca su rivalidad con Suter, lo cierto es que ambos solo se enfrentaron una vez, en la final de la FA Cup de 1882, donde Kinnaird y los Old Etonians vencieron al Blackburn.

Kinnaird fue mucho más que un rival deportivo. Considerado uno de los caballeros del fútbol, fue un jugador célebre en su tiempo y su influencia perdura. Ganó cinco FA Cups y aún mantiene el récord de mayor número de finales disputadas: nueve en total, repartidas entre los clubes Wanderers y Old Etonians.

Un homenaje con licencia artística

Un juego de caballeros no es un documental, pero sí logra rendir homenaje a los pioneros del fútbol moderno. Aunque se toma ciertas libertades creativas para reforzar el drama narrativo, presenta una visión accesible y atractiva sobre cómo este deporte evolucionó desde los campos de tierra de obreros hasta convertirse en una pasión global. Para los amantes del fútbol y de las buenas historias, esta serie es una parada obligatoria.