Dedico muchas horas a escribir sobre carreras populares. Pero básicamente
, trato de informar. Ahora, también quiero opinar en este blog runner. Dar una peculiar (la mía) versión de este atractivo y adictivo mundo del running, del que también hay que escaparse, a veces, de su seriedad y rigurosidad. El título de este blog personal ya avanza de qué temas voy a hablar… Será de esas pequeñas cosas importantes que suceden en torno a las carreras populares.
Acabé mi segunda Maratón. Fue en Valencia, otra vez. Lógicamente mi historia está muy lejos del nuevo récord de la distancia en suelo español o del desencuentro entre la organización y Carles Castillejo. Mi historia es solo una más. Igual que las otras de los 9.646 que acabaron la prueba… o de las que se quedaron por el camino. Ya os conté por aquí que muchos tenemos dificultades para preparar un Maratón. Un año antes, en 2012, alcancé la meta ocho minutos por encima de las cuatro horas (nada extraordinario tampoco). Este año, pronto desistí de ese objetivo de rebajar tu marca. No estaba preparando el Maratón como se debe. Y esta prueba es tan ‘perra’ que haciendo bien tu trabajo igual te pone en tu sitio. Pero si no lo haces, seguro que te deja donde mereces.
Éste fue mi caso, paso sufriendo por la media, me descuelgo de mis dos amigos y me veo un mundo por delante, en solitario. A partir del 30km, ni muro ni leches. Pero rampas y calambres, todas las del mundo. A
hí, lo reconozco, pensé en dejarlo. Lo tenía decidido, de hecho. No creo que la hubiera acabado por mí, siendo sincero. Estaba parado, estirando junto a una farola para aliviar el dolor cuando recibo un ‘whatsapp‘ de mi mujer. Una foto, de mis dos hijas esperando en la meta. Por mí, me habría ido a casa en taxi. Por ellas, por todos los sábados y domingos que les arrebaté para irme a correr, tenía que llegar a meta, tenía que intentarlo. Hice andando del kilómetro 30 al 35. Aun faltaban 7km y pico, un mundo en mi estado. Y, curiosamente, estaba más cerca que nunca de casa. Aaún no sé bien como volví a correr, lento pero seguido.
Fue entonces el momento en el que sentí como amigos y familiares a todos los desconocidos que se molestaron en darme su ánimo, en mencionar mi nombre del dorsal para alentarme hasta la meta. Cientos de gritos anónimos, más el apoyo de algún que otro amigo y amiga (Fer, Charlie, María, Marcos, Pep…) que me empujó unos metros más hacia la meta. Así, pase por el kilómetro 36. Y después el 37, 38, 39 ó 40. El dolor seguía aumentando, pero lo sentía cada vez menos. Era la fuerza de acercarte a la meta.
Y muy a lo lejos, ya retumbaban en mis tímpanos los ánimos, los gritos de fuerza de Joxe Fernández (@JoxeSpeaker) a todos los que llegaban al kilómetro 41. Llegué. Y lo abracé como si hubiera acabado 12 maratones seguidos por el desierto, cuando no había terminando ni el primero… y nos habíamos visto la tarde de antes. Me daba igual el tiempo. Desde el Km 30 que no me importaba nada. Paré y nos hicimos esta foto. Él sin dejar de animar, sin dejar de hablarle a su micro para llegar a las piernas de todos los corredores. Y seguí corriendo.
Un año antes acababa 30 minutos antes de las 4:38:55 que hice en este 2013. Y, sin embargo, no disfruté nada los últimos metros, no viví, saboreé y me emocioné en la recta de meta. Este año tenía decidido que no iba a ser así, que de acabar esta Maratón, no iba a ser igual. Y no lo fue. Me emocioné en los primeros pasos de la pasarela de madera y estallé de alegría al ponerme a la altura de la grada donde gritaba mi familia. Hasta bailé (me compraré esas fotos) Por ellas, había acabado un Maratón que decidí abandonar. Y por los cientos de personas, amigas y anónimas, que me animaros a continuar. Gracias.
PD. Y por esto no entenderé jamás que los últimos de esos 9.646 que acabaron esta Maratón, con más de 5 horas de esfuerzo, sufrimiento y dolor sobre el asfalto se quedasen sin su medalla de ‘finisher’. Por que un maratón se hace grande por las marcas y récords, pero también con las historias de los miles que acaban detrás de los campeones.
*Alex Heras (@AlexHeras) es periodista deportivo y aficionado al running y a las carreras populares. Un dia acabó la Maratón.