Dedico muchas horas a escribir sobre carreras populares. Pero básicamente
, trato de informar. Ahora, también quiero opinar en este blog runner. Dar una peculiar (la mía) versión de este atractivo y adictivo mundo del running, del que también hay que escaparse, a veces, de su seriedad y rigurosidad. El título de este blog personal ya avanza de qué temas voy a hablar… Será de esas pequeñas cosas importantes que suceden en torno a las carreras populares.
Compartes un almuerzo con un buen amigo y claro, el tema no tarda en salir: el running. Está (estamos) el personal realmente obsesionado con esta afición de todos, convertida en pasión para muchos, adicción para demasiados. Compartimos historias, anécdotas, vivencias y mi amigo enseguida se da cuenta. Esto es una enfermedad para muchos. Hablamos de la ‘runnerexia’. Mi amigo, que también corre, es Álex Salvador (@AlexSalvadorM), el director de marketing de Serrano y psicólogo.
Sobre una servilleta empezamos a relatar las adicciones y disfunciones que nos provoca el running. Entre risas y (cierta) preocupación, ésta es la lista desarrollada de aquel almuerzo. Son los síntomas de la Runnerexia. ¿También la padeces?
- La disrupción que se produce entre significante y significado en algunas palabras: Alguien te dice que no le gustan las series y tu piensas que a ti por lo menos una vez a la semana sí te gustan. Y hasta que no se lo comentas no te das cuenta que tu amigo te está hablando de series de TV.
- Notas que ha mejorado tu capacidad numérica. Sabes con exactitud proyectar el tiempo en el que finalizarías cualquier carrera sabiendo el ritmo y viceversa.
- De repente, piensas todo orgulloso que todos tus amigos corren, pero no te das cuenta de que los amigos que tenías que no corren hace un año que no les llamas. Impacto social. Que sí que hay vida más allá del running y sí hay gente “muy muy extraña que no corre todavía y que es interesante, aunque no te lo creas”.
- Madrugas más para entrenar que para trabajar.
- Los típicos amigos que llegan a cenar un sábado a tu casa y con los que siempre has estado muy a gusto, a las doce te empiezan a molestar. La razón: quieres descansar lo suficiente para el domingo estar a la altura en el entrene que tienes en grupo. Eso si no hay carrera el domingo. Por que si se compite, no hay cena ni amigos en casa que valga.
- Te proponen un plan y lo primero que aparece en tu cabeza es el calendario de carreras sin importarte si es la boda de tu mejor amigo. O de tu hermano. Te da igual.
- Recuerdas de memoria las carreras de aquí a tres meses vista.Y las marcas que hiciste en esas pruebas hace dos años. Pero se te olvidan los cumpleaños de tus padres e hijos… y el aniversario de boda, claro.
- Correr sin GPS es como no haber corrido. Lo que no queda registrado no existe. Y si encima lo exhibes es como si lo hubieses hecho doble. Te duele el brazo de extenderlo tanto para enseñar tu reloj en público.
- No te das cuenta que las revistas de running siempre cuentan lo mismo y que el tema no da para tanto. Te vas un poco embruteciendo a nivel cultural.
- La hiponcondría del corredor. Siempre autobservándose y chequeando continuamente los dolores. Miedo patológico a caer enfermo justo antes de las grandes citas. La expresión más neurótica de la runnerexia.
- Y si ya un sábado por la noche eres capaz de acostarte antes que tu pareja porque entrenas en domingo y cuando llega el/ella a tu cama ya estás dormido… macho deja de correr. Sexo.
- Sufres un síndrome de abstinencia cuando no entrenas (ansiedad, tristeza, irratabilidad….etc).
- Tu madre te dice que te ve buena cara y tu piensas mierda me estoy relajando. Es el cambio en el ‘ideal de belleza’.
- Te pones medias (de compresión), mallas y vaselina en un aparcamiento público con absoluta normalidad. Y en grupo.
- Tu armario da miedo. Tienes el Síndrome de Diógenes runner. Acumulas camisetas, bolsas del corredor, ropa y pares de zapatillas. Algunas las escondes en el trastero por miedo a subir otra más a casa.
- Ahora ya no son monedas. A las camisetas usadas olvidas quitarle los imperdibles pensando en si has estirado bien… y al lavarla te estropean la lavadora.
- Tu muro en Facebook y time line de Twitter tiene más mapas, coordenadas y tracks que la sección cartográfica de la CIA. Todos suben, comparten y comentan sus entrenamientos. Recuerdas que hace un año, comentaste le diste a ‘Me gusta’ en una foto de unos niños disfrazados en Carnaval. Sí, son tus hijos.
¿Te sientes identificado con algún síntoma? ¿O tienes algún efecto más de la runnerexia que se nos haya escapado?
*Alex Heras (@AlexHeras) es periodista deportivo y aficionado al running y a las carreras populares. Un dia acabó la Maratón.