Es un hecho que la moda ha apostado por el running y anima a qu
e todos nos calcemos las zapatillas sin renunciar al estilo. Con estos tres conceptos, comunicación, running y moda os presento a Miss Leggings Run*, un blog que busca adentraros en la disciplina runner, mostraros la variedad de looks sport que nos ofrece el mercado y, a su vez, demostraros que los retos pueden conseguirse, cada uno tiene marcarse los suyos e ir a por ellos.
¿Nerviosa? ¡un poco! pero acostumbraba a estarlo mucho más. Los días previos a la carrera, la 10K de Valencia, habían merecido la pena, me había contagiado de todos vosotros y eso me hizo olvidar lo que suponía enfrentarse a una prueba. ¿Un giro en toda regla?
Llegaba temprano a la cita. Los alrededores de la Ciutat de les Arts i de les Ciències respiraban a Maratón. Sí, ¡a Maratón! Muchos se enfrentaban a esa querida y a la vez temida distancia, los 42,195 m y otros apostábamos por los 10 km. Hacia fresco ¡bienvenido sea! Cada vez más cerca del punto de encuentro y no sentía ese ‘no se que’ habitual de cada carrera. ¿Qué me pasaba? Yo misma sabía la respuesta, había dejado un poco de lado mis entrenos tras el pasado Medio Maratón de Valencia y no sentía la responsabilidad de demostrar nada en el asfalto. Solo tenía un plan ¡correr, correr y correr! Como dice Chema Martínez: “No pienses, corre”. Parecía que había adoptado esa filosofía y todo empezó a golpe a de claqueta.
10k de Valencia a golpe de claqueta
Cristina, ‘¡dale a la claqueta’. Así le decían el equipo de cámaras a Cristina Mitre. Sí, no hace falta presentaciones porque la conoceréis: Autora del blog Thebeautymail, fundadora del movimiento Mujeres que Corren, patrona de la Fundación Uno entre Cien Mil y directora de la revista Women’s Health. Iba a correr con ella junto a Alejandro Calabuig, director de la revista Runner’s World y yo ¡no sabía que iba a haber cámaras por el medio! Además, pude conocer a Paloma, una de las protagonistas del reciente libro que Cristina Mitre acaba de publicar “Correr es vivir a tope de power” y que Cristina me firmo a escasos minutos del inicio de la carrera.
Nos situamos en el cajón de salida, éramos de los azules, los de por debajo de los 45 minutos. ¡Ingenua de mi! Parece que tenga una obsesión con el 45, siempre en mi mente tengo el rebajar esa cifra en tiempo, aunque en este caso, con no sobrepasarla ya era todo un logro para mi. Salimos. A la derecha la maratón y a la izquierda la 10k, dos puentes daban la salida a muchas historias, gente que se había posicionado en su cajón de salida para cumplir su reto. IMPRESIONANTE. Derecha, izquierda e izquierda, derecha, daba igual ¡íbamos todos a una! El primer kilómetro, os confieso, que me sentí por unos momentos maratoniana, pese a que corría la prueba inferior, viajé por unos instantes al año pasado, día en que también me encontraba a ese lado de la carretera.
Puntos de animación, batucadas, gritos, saludos… Corría a ritmo de Cristina y Álex, ellos lo marcaban y me sentía cómoda. Llegamos al avituallamiento. Yo llevaba mi isotónico, no pensaba coger ninguna botella de agua, pero en el último momento decidí que sí. Cristina y Álex se fueron un poco, pero Álex se giró y aguantó conmigo. Había bajado el ritmo y sabía que me costaba muchísimo retomar uno más rápido. Mi cabeza empezó a pensar y le dije a Álex: “Vete con Cris”. “¿Seguro?”, me dijo él. Álex aguantó unos segundos a mi lado y le dije: “Sí, vete con ella”. Los veía, no los quería perder de vista, pero ya en el kilómetro 8 desaparecieron.
Los dos últimos kilómetros fueron duros marcados por las rectas interminables ¿no os pasó a vosotros? Os pido que os esperéis solo dos días, este jueves os cuento el final en mi blog. ¿Me importaba en verdad el crono?
*Gema Payá es periodista y amante de todo lo que inspira comunicación. Fan del deporte y en especial del running. Incansable en la búsqueda de ideas y nuevos retos. Escribre en www.missleggingsrun.com y podrás seguirla en @MissLeggingsrun.